El día jueves 18 de Junio, el Papa Francisco publico la
encíclica Laudato Si (Alabado Sea), con reflexiones sobre el cambio climático y
la relación del hombre con la vida en el planeta.
El texto que está disponible en la página oficial del
Vaticano, nos invita asimilar una evolución ética personal y cultural como
alternativa para reducir la velocidad del cambio climático a niveles seguros,
quiere decir, evitando colocar en riesgo la base de recursos que sustentan la
paz, la soberanía, la democracia y la biodiversidad, tal como la conocemos.
El documento además de argumentos de naturaleza filosófica y
teológica, que van más allá de la religión Católica, ofrece bases científicas
para ilustrar el mensaje que debemos
trabajar en todos los niveles de la sociedad y principalmente a nivel personal
y familiar, integrando practicas más
responsables de consumo. Sin embargo, la encíclica crítica también y con argumentos sólidos, a los
poderes políticos y económicos de los países ¨ricos¨, por diseminar un modelo de desarrollo irracional
que contribuye a la destrucción del planeta. Vale destacar que no menos
responsables somos los países en desarrollo por adoptar estos modelos
indiscriminadamente.
La encíclica tiene una importancia fundamental, muy
independientemente de su doctrina religiosa. Este documento, surge con el deseo
de unir dos grandes fuerzas del mundo, la fe y la razón. El cambio climático tiene en estas dos
fuerzas, un importante aliado, pudiendo influenciar sea por la vía de la razón o de la fe a importantes
esferas de la sociedad, en un movimiento que exija compromisos inmediatos y verificables
para reducir las emisiones de Co2 responsables por el cambio climático. Vale
recordar que 17% de la población mundial es o se identifica con la religión
Católica.
Cuando se tratar de reconocer los problemas y las causas del
cambio climático. El pontífice, se muestra naturalmente comprometido con
valores que van más allá de intereses inmediatos asociados a fuerzas políticas
o económicas, como estamos lamentablemente acostumbrados a verificar en los líderes que nos representan.
El Papá Francisco, se muestra como un líder conciliador e
independiente, convocándonos con fundamentos racionales a conocer el problema y
apelando a su propia fe, tanto como a la nuestra, para que seamos capaces de entender el tamaño
de la crisis por la que navegamos y sobre todo, tener la actitud necesaria para proteger nuestra casa común (el planeta
tierra).
Haciendo uso de la posición de destaque que ha conseguido
cultivar dentro y fuera del mundo Católico, el Papa Francisco colabora en la
construcción de una imagen más consistente sobre los riesgos del calentamiento
global, buscando en cada uno de nosotros un aliado.
Está comprobado que la felicidad no se alcanza apenas con el
aumento de nuestra renta, se sabe que las personas que practican la solidaridad
y trabajan, mismo que parcialmente en actividades que buscan el bienestar
común, son más felices. El calentamiento
global, es un tema eminentemente de interés colectivo y no es necesario que
hagamos algo al respecto, apenas por miedo, haciendo nuestra parte y siendo
solidarios con la tierra, lo peor que te puede pasar, es que seas más feliz.
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